Papás de medio tiempo

Esta semana me comentaban dos maestras de preescolar: “Al bajar a un niño del automóvil de la mamá, traía en sus manos un juguete. La regla de la escuela es que los niños no pueden traer juguetes. Sin embargo, este niño traía un carro de bomberos. Le pido a la mamá que le diga a su hijo que deje su juguete. Y la mamá me contesta: ‘Hágalo usted porque si yo le digo va a hacer un berrinche fuerte’. Le pido al niño que deje el juguete, pero el niño no quiere y empieza a llorar. Entonces, la mamá me dice: ‘No estrese a mi hijo y además, qué regla tan tonta tienen ustedes’. Me pidió que cerrara la puerta del automóvil y se retiró con su hijo”.

Otra maestra de preescolar me comentó: “Al subir una alumna de 4 años a la camioneta de su mamá descubre que su asiento estaba ocupado por su hermanito más pequeño. Empieza a gritarle a su mamá que cambie a su hermano de asiento. La mamá le dice que se siente en el otro asiento y la niña empezó a llorar, gritar y hacer un berrinche muy fuerte. La mamá trataba sin éxito de convencer a su hjia de que se sentara y me pidió que yo la sentara. Le abrocho el cinturón de seguridad y veo que a 20 metros detiene la camioneta la mamá, se baja y cambia al bebé de asiento para que su hija se siente en el lugar que ella quiere”.

¿Por qué somos papás de medio tiempo?

Papás de medio tiempo significa que ejercemos nuestra función de padres en los buenos momentos. Y en los malos desaparece nuestra función de autoridad delegándola a los demás o simplemente olvidándola. En el primer caso ¿por qué la mamá permitió que su hijo llevara un juguete? Y en el segundo, ¿por qué la mamá no dejó que su hija se fuera el otro asiento y tuvo que bajarse para cambiar el bebé de lugar? Los papás debemos ser tiempo completo, en las buenas y en las malas.

Observo con tristeza que algunos papás tienen a sus hijos como simples accesorios para lucirlos en sus redes sociales o con las amistades. Los visten a la moda, los ponen bellos, toman selfies y suben las imágenes a sus grupos de WhatsApp para recibir “likes” o mensajes de elogio. Pero cuando llegan momentos difíciles como conductas desafiantes o berrinches parece que olvidan su función de ser padres.

Nuestros hijos necesitan de nosotros en sus tiempos buenos y malos. Hay que enseñarles a tolerar frustraciones, seguir adelante a pesar de las dificultades, perseverar en el trabajo, seguir instrucciones, ser resilientes (saber levantarse y seguir adelante después de un fracaso) y tener uno o varios sentidos de vida significativos para dar razón al por qué luchar.

En el primer caso la conducta saludable de la mamá debería ser: “Hijito ya sabes la regla de la escuela. No puedes traer juguetes. Siento mucho que no te guste, pero hay cosas que tienes que hacer por el bien tuyo y de los demás. Deja el juguete en el carro”. En el segundo caso: “Hijita, sé que ese asiento es tu favorito, pero no te pasa nada si te sientas en el otro. En la vida tienes que aceptar algunas cosas que no te gustan y adaptarte. No hay razón para llorar y quiero que te sientes”.

Papás, los invito a ser padres de tiempo completo por el bien de ellos y de la sociedad.

Autor: Jesús Amaya
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Publicación original: Periódico El Norte, Sección Vida.
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